Guillermo y Catalina pasaron este martes su primera noche alejados de sus dos hijos desde que llegaron a Canadá en un pequeño hotel de la costa
Tras una intensa semana cumpliendo con sus compromisos durante su viaje oficial a Canadá, los duques de Cambridge por fin pudieron relajarse y disfrutar de una velada romántica este martes noche en la ciudad de Whitehorse, a la que se desplazaron sin sus dos retoños, el príncipe Jorge (3) y la princesa Carlota (1), que se quedaron bajo el atento cuidado de su niñera por primera vez desde que la familia real llegara al país norteamericano.
Según informa HELLO! Canada, Guillermo y Catalina se alojaron en la suite presidencial del hotel Coast High Country Inn donde, por 110 libras (128 euros) la noche, pudieron deleitarse con las vistas del cielo canadiense y, posiblemente, con el espectacular fenómeno de la aurora boreal.
Por su parte, Jorge y Carlota no tuvieron tiempo de aburrirse en ausencia de sus padres, pues los dos pequeños pudieron disfrutar de una visita privada a la granja infantil Beacon para divertirse acariciando y dando de comer a cabras y otro animales.
Antes de poner rumbo a su retiro romántico, aunque breve, los duques pasaron la tarde del martes visitando el centro cultural de Kwanlin Dün, donde varios artistas les mostraron la música y los bailes típicos de la zona, una representación que entusiasmó tanto al príncipe Guillermo que no dudó en bromear con mostrar sus peculiares dotes para la danza.
"Los duques se quedaron bastante impresionados e incluso llegaron a bromear con la posibilidad de que Guillermo se nos uniese en el escenario. Él decía que es un buen bailarín y Catalina le dio la razón. Nos dijo que durante la actuación le dieron ganas de levantarse y unirse a nosotros en el escenario", cuenta Carly Fredrickson, uno de los artistas que actuó para Guillermo y Catalina.
