Terminas tu jornada laboral y, mientras preparas la cena o un relajante baño de burbujas, disfrutas de una buena copa de vino. Quizás vea esto como una recompensa por el esfuerzo realizado en el día, como una especie de placer culpable. Bien, deja de sentirte culpable porque lo que estás haciendo es algo realmente positivo para ti.
Ya conocíamos muchos beneficios del
fruto fermentado de la uva, pero los científicos de las Universidades de Washington y Harvard nos acaban de descubrir uno de los más importantes: beber una copa de vino antes de dormir
nos ayuda a bajar de peso.
Sin trampa ni cartón, siempre que lo consumamos moderadamente, claro. Y no es un estudio realizado en una tarde, sino que los estudiosos han tardado la friolera de 13 años en llegar a sus conclusiones, analizando el progreso de 20.000 mujeres.
La principal conclusión, o el título del estudio, es que aquellas personas que consumen algo de vino durante la noche tienen mucha más facilidad a la hora de perder peso que aquellos que no lo consumen.
¿A qué se debe? Existen varios factores para que se dé este hecho. El primero de ellos tienen un nombre algo complicado:
resveratrol. Un compuesto de la uva que aporta la grasa del fruto, pero en lugar de ser la nociva grasa blanca se trata de
grasa marrón, mucho más fácil de eliminar de nuestro cuerpo.
Otro de los beneficios de este resveratrol es que actúa como supresor del apetito y esto evita que hagamos una de esas visitas a la nevera justo antes de meternos en la cama, momento que es especialmente perjudicial para consumir grasas pues haríamos la digestión mientras dormimos.
Y los beneficios de esa copa de vino nocturna no acaban ahí. También ayuda a controlar nuestros niveles de azúcar en sangre, lo que conlleva un menor riesgo de contraer diabetes. ¿Más ventajas? El vino disminuye la presión arterial y los niveles de colesterol, dos factores que ayudan a evitar riesgos de enfermedades del corazón. ¿Aún más beneficios? También ayuda a prevenir las pérdidas de memoria relacionadas con la edad, por lo que nuestro buen amigo el vino también frena la llegada del alzheimer.
Como vemos, los beneficios de una copa de vino antes de irnos a la cama parecen no acabar nunca, siempre que se consuma con moderación y sentido común. ¿Una copita?
